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Siento millares de moscas volar al rededor de mi, sera que el fétido olor de mi carne en descomposición las atrae? aves de carroña llegan también, una de ellas saca uno de mis secos ojos y va arrancando de el lentamente cada una de las vertebras y membranas fibrosas, percibo un olor a azufre y roca fundida, al fin, algo que siempre vivió en mi mente, se vuelve palpante, no es nada extraño al contrario es demaciado conocido, tan cotidiano y común que me asusta, pareciera que viví mucho tiempo aquí y por una razón me aleje,abras sido tu con tu histérico credo el que me abra alejado de este despiadado averno?, ya no estas, te alejaste, 162 horas fueron suficientes, estoy bien, ya no me asusta, es mi hogar, regreso hoy para cumplir con mi penitencia, regreso al lugar donde yo una de las condenadas sufro mi castigo eterno.